Marijo's Story - En Español

Marijo sobrevivió a un tumor facial. Se ha sometido a una extensa reconstrucción facial para reparar su mejilla y labio.

Me llamo Marijo. Soy de España y vivo en Londres. Estoy felizmente casada desde hace 33 años con un increíble hombre londinense, y somos unos padres orgullosos de dos hijos maravillosos, un hijo y una hija.

Todo iba bien en mi vida, hasta que me diagnosticaron Carcinoma Escamoso en Octubre de 2019. Esta es mi historia, 4 años y 13 operaciones después.

Mi pesadilla comenzó a mediados de Agosto de 2019. Estaba de vacaciones cuando noté un grano en mi mejilla. Estaba rojo, duro y doloroso y a principios de septiembre empecé a tener dolores punzantes hacia el oído y el ojo.

Estaba tan preocupada por lo rápido que crecía el grano, que fui al médico de cabecera y a urgencias en Londres 3 veces, pero solo me recetaron antibióticos que no sirvieron de nada. Despues de esas 6 semanas, el grano crecía rápidamente. Por la noche, sentía como si tuviera 10 arañas dentro de mi labio, comiéndome viva. Apenas dormí durante más de un mes.


El 2 de octubre de 2019 viajé a España. Fui a urgencias con mi gran amiga y en una hora me derivaron a un dermatólogo. Después de las exploraciones y biopsias, me dieron la devastadora noticia de que había desarrollado carcinoma escamoso, una forma agresiva de cáncer. Necesitaba someterme a una operación urgente para salvar mi nariz y mi cara.

La noticia fue muy difícil de asimilar, y aún más difícil de contarselo a mi familia. A pesar de que estaba en estado de shock, sabía que tenía que ser valiente.

La primera cirugía fue importante. Me quitaron el tumor de la cara y lo reemplazaron con un injerto de mi muñeca izquierda. Luego me quitaron otro injerto de la barriga para cubrirme la muñeca.

Aunque la cirugía extirpó con éxito el cáncer, perdí la mayor parte del labio superior, la comisura de la nariz y parte de la mejilla derecha. Salvar la mayor parte de mi nariz y los músculos debajo de los ojos es algo por lo que siempre estaré agradecida. Este encantador cirujano español ha sido una roca para mí y ha hecho un trabajo increíble durante todo el proceso.

Esa reconstrucción inicial quedó horrorosa. Fue impactante ver un petacho así en mi cara, enorme, peludo y de un color diferente. Después de unos días, tuve necrosis (donde el tejido muere) y perdí parte de mi nuevo labio. ¡No se lo deseo ni a mi peor enemigo!

Mi doctor y cirujano en España es brillante y confío en él. Siempre me sentí muy bien atendida por él y su equipo en las 8 intervenciones y en muchas, muchas citas. Durante el siguiente año y medio, hasta junio de 2021, me quedé en España con mi adorable madre, mis hermanos y amigos, pero lejos de mi vida en Londres, echando de menos no solo a mi marido y a mis hijos, Tambien mi casa, mi familia, mis amigos,mil trabajo, etc. Tuve más cirugías, radioterapia, quimioterapia e incluso otro episodio de necrosis, que me dejó otro gran agujero en el labio superior.

Entre los ciclos de operaciones y recuperación, fui una de las pocas personas que durante la pandemia siguió viajando de un lado a otro, para ver a mi familia y amigos en Londres. Los aeropuertos estaban vacíos, las tiendas cerradas, ¡era como un pueblo fantasma! La pandemia fue extrañamente una bendición para mí con la introducción de la mascarilla, usarla me ayudó a evitar las miradas y a proteger mis cicatrices del sol.

En junio de 2021 regresé a Londres después de casi dos años en España. Me sentí extraña en mi propia casa y tardé 6 meses en relajarme. He tenido 5 intervenciones más desde que regresé a Londres y también he tenido muchisima suerte con mi fabuloso cirujano en Londres, quien realizó una triple operación ABBE y otras cirugía plásticas. Tiene un trato encantador y confío en él.

El equipo español todavía sigue escaneando y supervisando mi progreso cada 6 meses.

Cuando comenzó esta pesadilla, no entendía del todo cuál sería el resultado a largo plazo. Después de una operación en agosto de 2022, se me soltaron los puntos y mi labio quedó suelto, lo que realmente me afectó mucho. No tenía energía, empecé a tener ataques de pánico y a luchar contra una ansiedad debilitante. Me han dicho que tengo un trastorno de estrés postraumático como resultado de lo que ha sucedido en los últimos 4 años. Traté de ser lo más normal posible en todo momento y lo pase fatal durante unos meses.

Me han resultado difíciles las miradas. Sé que la gente es curiosa, pero algunos son muy indiscretos.

Realmente no me gusta verme en fotos ahora y temo cuando la gente quiere hacer fotos en grupo.

Todavía tengo dificultades para comer, beber y hablar. Estoy recibiendo terapia con logopedas y fisioterapia práctica semanal para mejorar la flexibilidad de mi boca y mejilla.

Todos esos son desafíos lo suficientemente grandes por sí solos. Pero el mayor desafío ha sido aceptar cómo ha cambiado mi rostro debido a tantas intervenciones y operaciones. Espero aceptar mi nueva cara en el futuro, pero a pesar de que lo estoy intentando, aún no he llegado a ese punto.

Las cosas están mejorando, poco a poco. Hasta hace poco, me he dejado llevar por esa montaña rusa y realmente me he sentido en una dimensión diferente a la de los demás: mi vida consistía principalmente en citas de hospital, operaciones, recuperación… Pero ahora, estoy recuperando la confianza, me siento más entera y mis salidas son menos estresantes. Me siento más fuerte y voy progresando con la recuperación.

He tenido la suerte de sentirme muy apoyada por muchas personas maravillosas durante este proceso de altibajos. Mi madre venía conmigo a casi todas las citas y tratamientos. He tenido mucha suerte de haberme cruzado con dos cirujanos increíbles y dos excelentes fisioterapeutas. Tenía un montón de amigos y familiares escribiendo, llamando y rezando por mí, de todas las religiones en el Reino Unido, España y otros países, me he sentido muy querida en todo momento.

Gracias gigantes a los que me sacaron de casa y escucharon mis altibajos. Mi lugar de trabajo también ha sido tan solidario y paciente, que estoy súper agradecida.

Me estoy tomando la vida dia a dia, tratando de recuperarme a mi misma y a mi confianza. Sueño con la jubilación anticipada y viajar. He aprendido que la vida no está garantizada y que nunca se sabe lo que está a la vuelta de la esquina.

No puedo expresar con palabras el impacto de mis cicatrices en mi vida y el efecto dominó en las vidas de mi familia y amigos.

He perdido la confianza y la chispa, ahora soy tan consciente de mi diferencia visual, que siento que en los últimos 4 años, parte de mí ha desaparecido. Estoy tratando de encontrarme a mí misma de nuevo.

Ahora que conoces un poco de mi historia, ¿qué consejo le darías a alguien que se encuentra en la misma situación?

- Sigue adelante, día tras día.

- ¡La fisioterapia marca una gran diferencia! Puede hacer que las cicatrices sean más elásticas y flexibles. Vale la pena cada céntimo.

- Sigue saliendo. La gente mirará, pero es solo curiosidad. Sonríeles.

Para mí, un futuro sin cicatrices significa esperanza. Espero que algún día nuestros hijos y nietos no tengan que pasar por nuestras experiencias. Espero que las cosas sean mejores para las futuras generaciones.

Solo hay un camino: hacia adelante.


Gracias a Lottie, embajadora de Scar Free, y a Gary, activista de Changing Faces, que me inspiraron a escribir esto, y a Amanda y Jenni por ser tan encantadoras.

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